Explorando el Perú con mi Profesor de Matemáticas

El mes pasado tuvimos un visitante especial: mi profesor de matemáticas de hace 45 años y su compañera llegaron a Lima y se embarcaron en un viaje de 24 días por Perú. No nos habíamos visto en más de 40 años, ¡así que fue una reunión bastante emotiva! Estaba encantada de organizar y acompañar este viaje. Como mi profesor había expresado el deseo de ver algunos lugares fuera de lo común, organizamos un viaje bastante personalizado y poco convencional.
Por cierto, nuestro profesor de matemáticas siempre había sido muy popular entre nosotros, ya que no sólo era un maestro sobresaliente que logró que nos interesáramos en cualquier tema, sino que también fue un gran camarada y un amigo en el que depositamos nuestra confianza.
Tuvimos un viaje de promoción de colegio inolvidable con él, alquilamos una casa grande en un lugar remoto en la Selva Negra de Alemania, haciendo el catering nosotros mismos.  De nuestra base salimos a espléndidas caminatas todos los días (¡siempre me había gustado el amor de mi maestro por la naturaleza!). Recuerdo cómo una vez corté leña para todo el día para nuestra gran estufa en el salón. Otra vez fui “castigada” (no recuerdo qué había hecho mal) y junto con un compañero de clase tuve que caminar hasta la granja vecina y buscar una jarra de leche (sus “castigos” siempre fueron creativos y divertidos).
Durante nuestro viaje, nos alojamos en alquileres vacacionales siempre que fue posible y nos cocinamos. Nos alojamos cinco días en Nazca en una casa rural con caballos, un gran jardín y una piscina y pasamos nuestro tiempo visitando todas las atracciones de los alrededores, especialmente los sitios arqueológicos de la cultura Nazca y la Reserva Natural de San Fernando en la costa donde observamos el raro Pingüino de Humboldt  e innumerables aves marinas y también leones marinos.
Condujimos por tierra a Cusco pasando por paisajes montañosos solitarios. Fuimos bendecidos con los avistamientos de cóndores y vicuñas. Nuestro siguiente destino fue nuestro Lodge en Limatambo, donde disfrutamos de la comida casera de nuestro chef con productos frescos del bio-huerto. Por supuesto, también revisamos mi viejo álbum de fotos donde todavía habían algunas fotos de los tiempos cuando visité el colegio.
Continuamos nuestro viaje a Cusco, el Valle Sagrado de los Incas y Machu Picchu, así como a algunas otras atracciones como los tejedoras de Chinchero. Una mañana pasamos observando aves en la laguna de Huacarpay al sur de Cusco.
La última parte del viaje la pasamos en la Reserva Tambopata en la selva amazónica. Tuvimos mucha suerte de tener avistamientos increíbles no solo de innumerables monos, guacamayos y loros, sino también de un oso hormiguero Tamandua que estaba acurrucado durmiendo en un árbol, así como ronsocos, caimanes y una gran cantidad de aves exóticas, inclusive una gran bandada de condoritos de la selva.
Pero lo más destacado fue observar al águila arpía en su nido y ver a un par de jaguares acostados relajados en la vegetación en la orilla del río, lamiéndose y acicalándose el uno al otro.
Fue un viaje lleno de acontecimientos y muy divertido. ¡Estoy agradecida de haber podido pasar este tiempo con mi profesor de matemáticas y su amable esposa después de todos estos años!

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